Seguro que te ha ocurrido en alguna ocasión: observas cómo una persona tiene unos ojos preciosos, una nariz perfecta en forma y tamaño, una boca bien proporcionada de labios gruesos… pero, sin embargo, no consigues que te resulte bella ni atractiva. Es como si algo fallase, al margen del sentido subjetivo de la belleza que …
Seguro que te ha ocurrido en alguna ocasión: observas cómo una persona tiene unos ojos preciosos, una nariz perfecta en forma y tamaño, una boca bien proporcionada de labios gruesos… pero, sin embargo, no consigues que te resulte bella ni atractiva. Es como si algo fallase, al margen del sentido subjetivo de la belleza que tenemos cada uno.
En esos casos, lo que suele fallar es la armonía facial, la cual no depende únicamente de cómo son los rasgos de una persona en un sentido clásico, sino fundamentalmente de la proporción, del equilibrio y la de naturalidad de esos rasgos a la hora de formar un conjunto.
De acuerdo con esto, ¿cómo mejorar la armonía facial de una persona si cada uno de sus rasgos por separado no tiene nada mejorable? Pues, por suerte, hoy existen técnicas médico-estéticas avanzadas y mínimamente invasivas que permiten corregir pequeñas desproporciones, aportar frescura y rejuvenecer sin alterar la esencia del rostro.
Estas técnicas, aunque no sean cirugías como tal, requieren siempre de la supervisión y aplicación por parte de un cirujano plástico experimentado, ya que solo un profesional con formación y criterio estético puede garantizar resultados seguros, naturales y armónicos. ¿Quieres conocer algunas de esas soluciones para mejorar la armonía facial?
Mejorar la armonía facial de forma no invasiva
A diferencia de las cirugías convencionales, lo primero que queremos dejar claro es que estos procedimientos no requieren pasar por el quirófano. O al menos, no de forma invasiva, sino como intervenciones sencillas. Por eso, no utilizan anestesia general ni implican largos procesos de recuperación postoperatoria. Son técnicas ambulatorias, con tiempos de aplicación muy breves y con una rápida reincorporación a la vida cotidiana.
A continuación, detallamos las principales técnicas para mejorar la armonía facial sin necesidad de una intervención quirúrgica invasiva que realizamos en nuestra clínica de cirugía plástica y estética en Madrid.
1.- Rellenos con ácido hialurónico:
El ácido hialurónico es una sustancia biocompatible que se utiliza para restaurar volúmenes perdidos, suavizar arrugas, redefinir el óvalo facial o mejorar el perfil de la nariz o los labios. Aplicado por un cirujano con conocimiento anatómico, permite esculpir el rostro con máxima precisión y resultados inmediatos.
2.- Infiltraciones con vitaminas, plasma…:
También se pueden realizar otras infiltraciones específicas para relajar los músculos responsables de las arrugas de expresión (frente, entrecejo, patas de gallo), logrando una apariencia más descansada y juvenil. La clave está en saber dosificar correctamente la sustancia elegida en cada caso y aplicarlo en los puntos adecuados para no modificar la expresividad natural.
3.- Hilos tensores:
Indicados para redefinir el contorno facial, combatir la flacidez incipiente y elevar tejidos que han descendido con el paso del tiempo. Los hilos tensores para el rostro son reabsorbibles, se colocan mediante una cánula fina y estimulan además la producción de colágeno. El resultado es un efecto lifting sin cirugía.
4.- Rejuvenecimiento con láser fraccionado o resurfacing:
Aunque no altera volúmenes, sí mejora la textura, el tono y la luminosidad de la piel. El láser CO₂ fraccionado actúa estimulando la regeneración cutánea y eliminando imperfecciones, manchas y poros dilatados, algo que se nota cuando se trata de mejorar la armonía del rostro.
En definitiva, mejorar la armonía facial ya no implica transformaciones agresivas ni largos postoperatorios. Con la orientación de un cirujano plástico experto como los que te esperan en el Centro Europeo de Cirugía Estética y el uso de técnicas mínimamente invasivas es posible lograr resultados sutiles, elegantes y profundamente naturales, siempre adaptados a la anatomía única de cada persona.
