Se estima que un tercio de las personas tatuadas se arrepienten, o se han arrepentido en algún momento puntual de su vida, de haberse realizado un tatuaje.
La ubicación y el tamaño son algunas de las razones que provocan este arrepentimiento, aunque el recuerdo de lo que motivó el tatuaje y la mala técnica del tatuador son motivos mucho más frecuentes. Los tatuajes “que envejecen mal” están haciendo que muchas personas quieran eliminarlos.